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El Niño Rey: entender y evitar los excesos con empatía y crianza positiva

Por María Dubois

A menudo oímos hablar del “niño rey”, esta figura a veces caricaturizada del niño que parece controlar a quienes lo rodean y cuyos deseos parecen gobernar la vida familiar. Pero detrás de este término se esconden realidades matizadas. Más que condenar o estigmatizar, es necesario comprender las dinámicas que conducen a este fenómeno y brindar herramientas a los padres para equilibrar sus relaciones con sus hijos.

Definir al niño rey

Un niño rey suele definirse como un niño cuyos deseos tienen prioridad sobre las necesidades o deseos de otros miembros de la familia. Puede parecer que le faltan límites, ser reacio a aceptar la frustración, y sus padres pueden parecer impotentes ante sus exigencias. Sin embargo, es fundamental entender que cada niño es único y que cada familia tiene su propia dinámica.


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Tomemos el ejemplo de Émilie, una niña de cinco años que se niega a comer nada más que pasta. Sus padres, preocupados de que no coma lo suficiente, ceden a sus caprichos y siempre le preparan sus comidas favoritas. En público, monta escenas en las que las cosas no salen como quiere y sus padres, avergonzados, le ofrecen lo que quiere. Evita conflictos. Aunque esta actitud pueda parecer la de un " niño rey“Refleja sobre todo la ansiedad de los padres por las necesidades dietéticas de su hija.

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Factores que contribuyen a la formación de un niño rey

El surgimiento de un niño rey a menudo resulta de varios factores. Algunos padres, que han crecido en entornos estrictos, desean proporcionar educación más amable a sus hijos. Otros, por miedo a no ser amados o para compensar el tiempo pasado fuera de casa, pueden ofrecer demasiadas libertades o regalos materiales.

La historia de Hugo, un niño de nueve años, ilustra esta dinámica. Sus padres, ambos altos ejecutivos, trabajan muchas horas y se sienten culpables por no pasar suficiente tiempo con él. Para compensar, ceden a todos sus deseos, le regalan juguetes caros y le permiten jugar videojuegos hasta altas horas de la noche. Como resultado, a Hugo le resulta difícil respetar las reglas en la escuela y puede ser autoritario con sus compañeros.

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Evitar que su hijo se convierta en un niño rey: encontrar el equilibrio

El objetivo no es impedir que los niños expresen sus necesidades ni negarles el derecho a tener opiniones. Al contrario, se trata de darles un marco equilibrado en el que prosperar mientras aprenden a respetar a los demás.

La crianza positiva ofrece herramientas valiosas para encontrar este equilibrio. Este enfoque se basa en la empatía y el respeto, al tiempo que plantea límites claros y consistentes.

Comunicación empática

La comunicación empática es la base de la paternidad positiva. Implica escuchar activamente las necesidades del niño mientras se expresan las expectativas de los padres. En efecto, cuando Émilie se niega a comer sus verduras, sus padres podrían decir: "Comprendo que no te gusten las verduras, pero es importante tener un dieta equilibrada. Mañana comeremos pasta, pero esta noche probemos juntos algunas de estas verduras. »

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Este enfoque reconoce los sentimientos del niño y al mismo tiempo establece límites. El niño se siente escuchado y respetado, al tiempo que comprende que sus deseos no siempre pueden ser satisfechos.

Consistencia y límites claros

Una de las razones por las que algunos niños desarrollan comportamientos infantiles esfalta de límites claros o su inconsistencia. Los padres deben ponerse de acuerdo sobre las reglas básicas y aplicarlas de manera consistente.

En el caso de Hugo, sus padres pudieron establecer reglas claras con respecto a los videojuegos, por ejemplo: “Puedes jugar videojuegos durante una hora, pero sólo después de haber terminado tu tarea. » Entonces deberían aplicar esta regla de manera consistente, incluso si protesta o intenta negociar.

Fomentar la autonomía y la responsabilidad

Otro aspecto que no debe pasarse por alto en la crianza positiva es fomentar autonomía y responsabilidad. Permitirle al niño cierta libertad dentro de los límites apropiados puede ayudarlo a desarrollar un sentido de independencia sin exagerar.

Volvamos al caso de Émilie, sus padres podrían darle a elegir entre dos o tres verduras diferentes, permitiéndole así participar en la decisión respetando el objetivo de una dieta equilibrada.

Niño Rey y Comida

Modele un comportamiento respetuoso

Los niños aprenden observando. Cuando los padres son modelos de respeto, empatía y manejo de la frustración, los niños tienen más probabilidades de participar en estos comportamientos.

En el caso de Hugo, sus padres podrían dar ejemplo cumpliendo con sus propios compromisos y manejando con calma los desacuerdos entre ellos. También podrían discutir abiertamente con él cómo equilibran el trabajo y la vida familiar, sin culpa ni compensación excesiva.

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Fomentar la escucha y la colaboración

Los niños reyes suelen tener dificultades para escuchar a los demás o colaborar. Anímelos a escuchar y trabajar en equipo puede ayudarlos a comprender que sus necesidades no son las únicas importantes.

Un ejemplo práctico sería involucrar a Hugo en actividades colaborativas, como preparar la cena con la familia u organizar un juego de mesa con amigos. Esto puede ayudarlo a desarrollarse habilidades sociales y comprender que los deseos de los demás también importan.

Desafíos de la crianza y la importancia de la autocompasión

Educar a un niño en el mundo actual no es una tarea fácil. Los padres se debaten continuamente entre consejos contradictorios de expertos, las presiones sociales y sus propias incertidumbres. Por tanto, es fundamental cultivar la autocompasión.

Comprender que cada padre está haciendo lo mejor que puede, generalmente con recursos limitados, puede ayudar a abordar el desafío deniño rey con más serenidad. En lugar de culpar o sentirse culpable, es útil reconocer las dificultades y buscar soluciones prácticas.

En breve

Evitar que su hijo se convierta en un niño rey no significa reprimir los deseos O adoptar una disciplina rígida. Más bien, se trata de cultivar un equilibrio entre empatía, comunicación y límites claros. Al adoptar la crianza positiva, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar comportamientos respetuosos y cooperativos y al mismo tiempo brindarles espacio para expresar sus necesidades.

En definitiva, todo niño mereceser tratado con respeto y amor, pero también debe aprender que este respeto va en ambos sentidos. Con paciencia, coherencia y comprensión, es posible guiar a los niños hacia un comportamiento equilibrado, permitiéndoles convertirse en adultos empáticos, responsables y autónomos.

Foto del autor
Apasionada por la crianza positiva, utiliza su experiencia y conocimiento en psicología infantil para ayudar a los padres a enfrentar los desafíos educativos. Ella aboga por la comunicación abierta y la escucha atenta para lograr relaciones familiares armoniosas, al tiempo que apoya a los padres en su propio desarrollo personal.

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