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Cómo hablar con un niño sobre su peso con sensibilidad y comprensión

Por María Dubois

Abordar el tema del peso con un niño es un proceso que debe realizarse con mucha sensibilidad. Es un campo minado donde las palabras mal elegidas pueden dañar la autoestima del niño e influyen negativamente en su relación con la alimentación y el ejercicio durante muchos años. Comprender el momento y la manera adecuados para hablar sobre este tema es esencial para ayudar a su hijo adoptar una vida sana y equilibrada.

Comprender la importancia del tiempo

El “cuándo” es tan importante como el “cómo” cuando se trata de hablar con un niño sobre el peso. Este tema nunca debe discutirse después de una comentario despectivo de un compañero o de un incidente específico que pudo haber avergonzado al niño. Estos momentos cargan la situación.emociones negativas y puede hacer que la conversación sea mucho más difícil.


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Un enfoque más amable es elegir un momento tranquilo y neutral en el que el niño se sienta seguro y abierto a una conversación honesta. Así que no será después de una comida copiosa o cuando se niegue a comer algo, quizás opte por hacerlo durante un paseo pausado, cuando se habla de vida y salud de forma más general.

Recuerdo una ocasión con mi sobrino Lucas, de ocho años, en la que tuvimos una conversación muy productiva sobre alimentación y salud. Fue durante un paseo por el bosque. Viendo correr a las ardillas y volar a los pájaros, me preguntó: "Tío, ¿por qué las ardillas trepan tan rápido?". » Aproveché esta oportunidad para hablar sobre la importancia de comer alimentos que nos dan energía y fuerza, poniendo como ejemplo a las ardillas, sin hablar nunca realmente de “peso”. Lucas había escuchado atentamente, cautivado por la idea de correr tan rápido como las ardillas.

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Cómo abordar el tema con empatía

Cuando llega el momento de hablar de peso, la clave es evitar cualquier forma de culpa o vergüenza. Es necesario presentar el peso como un problema de salud, no como una apariencia. Es fundamental hacerle entender al niño que estás ahí para apoyarlo y ayudarlo, y no para juzgarlo.

Utilice palabras positivas y de aliento.

Es imprescindible utilizar un lenguaje positivo y centrarse en salud y Bienestar en lugar del peso mismo. Hable sobre comer alimentos que “lo hagan fuerte” y “lo ayuden a crecer” en lugar de hacer dieta o restringirlos. Animarloactividad física hablando de diversión y juegos, en lugar de ejercicio formal.

Recuerdo haber visto a una madre en el parque hablando con su hijo y diciéndole: "Sabes, elegir fruta en lugar de demasiados dulces es como elegir el combustible adecuado para un auto súper rápido". ¡Te permite correr, jugar y ser súper fuerte! » Su hijo, de ojos brillantes, inmediatamente pidió un plátano al llegar a casa.

Escuche y sea sensible

Antes de dar consejos o hacer sugerencias, escuche lo que su hijo tiene que decir sobre su propio cuerpo y sus sentimientos. Es necesario reconocer sus emociones y demostrarles que sus opiniones son importantes. Esto puede darte pistas sobre mejores enfoques a seguir.

Por ejemplo, una vez, mientras hablaba con mi hija sobre por qué no quería ir a la piscina como antes, me admitió que se sentía incómoda en traje de baño frente a sus amigas. Me abrió los ojos al hecho de que ella era más consciente de su cuerpo que antes y guió nuestra conversación hacia la importancia de siéntete bien contigo mismo y cuidate.

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Fomentar una imagen corporal positiva.

Es fundamental fomentar una imagen corporal positiva, mostrándole al niño que cada persona es única y que la diversidad es bella. Hable sobre las diferentes formas y tamaños del cuerpo y cómo cada persona tiene sus propias fortalezas.

Un día, mientras miraba fotos familiares, mi hijo comentó: “¡Papá, eras delgado cuando eras joven!”. » En lugar de concentrarme en los “delgados”, me reí y respondí: “¡Sí, y ahora soy más fuerte para cargarte sobre mis hombros!” » Esto había ayudado a transformar una observación sobre el peso en una discusión sobre las diferentes maneras en que los cuerpos pueden ser fuertes y útiles.

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Integrar la salud en la vida diaria

En lugar de hacer cambios grandes y repentinos, incorpore pequeñas mejoras saludables en la vida diaria que puedan ayudar a su hijo. ajusta tu peso de forma natural y sin estrés.

Cocinar juntos

Invita a tu hijo para cocinar contigo. Esta puede ser una manera maravillosa de hablar sobre los ingredientes, de dónde provienen y por qué son buenos para la salud. Esto convierte la comida en una experiencia compartida en lugar de una fuente de conflicto.

A menudo pienso en aquella vez que Lucas y yo hicimos pizza juntos. Al elegir los ingredientes, le expliqué por qué demasiado queso podría provocarle letargo, mientras que las verduras de colores le provocarían letargo. energético. Había elegido añadir más pimientos y menos pepperoni, por lo que estaba orgulloso de su elección.

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actividades fisicas divertidas

Encontrar actividad física que a tu hijo le guste mucho. Esto podría ser bailar, andar en bicicleta o incluso videojuegos activos. La idea es moverse y divertirse, no contar los calorías quemadas.

Cuando descubrimos el Geocaching, una especie de búsqueda del tesoro al aire libre, había cambiado nuestra rutina. Lucas nunca había sido muy deportista pero la idea de encontrar un tesoro lo había motivado a caminar mucho más y, sin siquiera darse cuenta, se había vuelto más activo y Mejor salud.

Educación sin prejuicios

Enséñele a su hijo a leer las etiquetas de los alimentos y a comprender lo que come, hágalo de una manera que no sea intimidante. El objetivo es hacer que sienta curiosidad e información, no que se sienta ansioso.

Recuerdo un viaje al supermercado con mi sobrina donde jugamos a encontrar la comida con menos azúcar. Rápidamente logró identificar los azúcares en las etiquetas y se sorprendió (incluso un poco decepcionada) al descubrir el azúcar escondido en sus cereales favoritos. Había sido una lección importante, pero siempre con espíritu de descubrimiento y juego.

En breve

Hablar sobre el peso con su hijo es una conversación que debe estar rodeada de comprensión, empatía y un toque de humor cuando sea posible. Esta es una oportunidad paraenseñar valores de salud, bienestar y amor propio, en lugar de solo números en una escala.

Si abordas esta cuestión con delicadeza, escuchas y adoptas hábitos beneficiosos a diario, ayudarás a tu hijo a explorar la relación con su cuerpo. Este enfoque le ayudará a consolidar su confianza en sí mismo y le guiará hacia una existencia armoniosa y plena.

Foto del autor
Apasionada por la crianza positiva, utiliza su experiencia y conocimiento en psicología infantil para ayudar a los padres a enfrentar los desafíos educativos. Ella aboga por la comunicación abierta y la escucha atenta para lograr relaciones familiares armoniosas, al tiempo que apoya a los padres en su propio desarrollo personal.

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